
El tabnabbing es una de las técnicas de phishing más sutiles y menos conocidas, pero también una de las más eficaces. Aprovecha un hábito muy común: tener varias pestañas abiertas en el navegador al mismo tiempo.
Cuando el usuario cambia de pestaña, una página aparentemente inofensiva puede modificar su contenido en segundo plano y transformarse, por ejemplo, en una pantalla de inicio de sesión falsa de un banco o servicio de correo electrónico. Cuando el usuario vuelve a esa pestaña y ve el formulario, cree que es legítimo… y termina entregando sus credenciales al atacante.
¿Cómo funciona?
Es un ataque silencioso, porque no requiere descargar nada ni hacer clic en enlaces sospechosos: basta con volver a una pestaña que parecía segura.
Cómo prevenir el tabnabbing
El tabnabbing demuestra cómo el phishing evoluciona para explotar los pequeños descuidos del día a día. La formación, la vigilancia constante y la buena gestión de contraseñas son claves para evitar caer en este tipo de engaños que actúan en silencio.
