

España encabeza un preocupante ranking mundial: el del aumento del riesgo por spyware y estafas digitales camufladas como actualizaciones de software. Según el informe Gen Threat Report correspondiente al primer trimestre de 2025, nuestro país ha registrado un incremento del 96% en ataques de spyware en solo tres meses, muy por encima del 6% registrado a nivel global.
Este tipo de malware —diseñado para recopilar información del dispositivo sin el consentimiento del usuario— no entra por la fuerza, sino disfrazado de seguridad: se presenta como una actualización legítima, una alerta rutinaria o una notificación inocua. Una vez instalado, espía silenciosamente al usuario, recopila datos personales y bancarios, y permite el acceso remoto a cuentas y dispositivos.
Las campañas masivas están dejando paso a tácticas más sofisticadas que explotan la confianza del usuario. Según el informe, los ciberdelincuentes combinan inteligencia artificial y datos robados para generar engaños mucho más verosímiles: desde páginas falsas que simulan actualizaciones o validaciones Captcha, hasta deepfakes de influencers que inducen a descargar malware.
Este fenómeno también afecta directamente a dispositivos móviles. El uso de troyanos bancarios, como Crocodilus, ha crecido notablemente, con España y Turquía como principales focos de actividad. Este malware puede asumir el control total de teléfonos Android y robar credenciales de aplicaciones financieras, incluidas las billeteras de criptomonedas.
El estudio también alerta sobre otros datos alarmantes:
La realidad es clara: los ciberataques son cada vez más sofisticados y apuntan directamente al eslabón más débil de la cadena: las personas. Ya no basta con tener un antivirus instalado; es necesario fomentar una verdadera cultura de la ciberseguridad en la ciudadanía, en las organizaciones y en las instituciones públicas.