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Entidades de crédito, su lucha contra el fraude

Sufrir fraude en las empresas puede suponer uno de los principales motivos de pérdida de ingresos, así como de reputación y de confianza por parte de los clientes. Además, es un problema creciente, como se recoge en el Informe “Tendencias de Fraude”, en el cual el 45,5% de nuestros asociados estima que ha crecido en el último año. Por este motivo, detectar cualquier intento de fraude es prioritario para cualquier empresa.

Para el sector Bancario y Financiero esta tarea se complica especialmente, ya que en muchas ocasiones este delito se ve enmascarado con un impago. La petición del préstamo se realiza mediante falsificaciones o modificaciones de la documentación, por lo que, en el momento que se produce el impago, se descubre el fraude oculto, en este caso, asociado a una suplantación de identidad.

En este ejemplo un caso de morosidad se transforma en lo que se conoce como fraude de solicitud. Se basa en la alteración de la identidad de la persona solicitante y puede realizarse de dos maneras:

  1. El cliente mantiene todos sus datos identificativos, pero modifica los datos relacionados con su capacidad de endeudamiento: nivel de ingresos, nóminas, declaraciones de IRFP, etc. En el sector se le llama “fraude de primera persona”
  2. Una tercera persona usa los datos identificativos de otra, cuya identidad puede haber sido robada, modificada o falsificada. Lo que se conoce como “fraude de tercera persona”.

El fraude de solicitud “de tercera persona” es frecuente en los nuevos canales de prestación abiertos y online, y es especialmente común en la concesión de créditos rápidos u otros productos donde prima la agilidad de contratación y la facilidad de los trámites.

Por otro lado, el “fraude de primera persona” es común tanto a los trámites realizados en la forma tradicional, las solicitudes se realizan en las oficinas, como en los trámites online.

Debido a esta complejidad, la capacidad para detectar fraude por parte de las entidades bancarias y financieras, se convierte en algo esencial. Estudios analíticos que hemos realizado demuestran que aquellas organizaciones que comiencen a implementar controles y sistemas de prevención del fraude de solicitud, basados en la compartición de datos de fraude no competitivos, conseguirán un incremento en la detección del fraude en un 10% en el primer año, un 15% en el segundo año y un 20% el tercer año en.

Desde la AEECF queremos animar a todas las entidades financieras y bancarias que se unan en la lucha contra el fraude, ya que será complicada, pero la unión de fuerzas permitirá alcanzar el éxito: reducir el fraude en entidades de crédito.

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