«Suena el teléfono y te dicen desde tu banco que han intentado sacarte dinero de tu cuenta a través de halcash, y que para bloquear el fraude necesitas seguir unas instrucciones en las que en ningún momento te hacen sospechar… pero que al final lo que estás haciendo es realizando tú mismo el halcash».
El fraude en el que se suplanta al banco y la víctima acaba realizando el halcash es un sofisticado modelo delictivo que ha aumentado significativamente. En este tipo de estafa, los ciberdelincuentes se hacen pasar por representantes del banco o institución financiera de la víctima, utilizando técnicas de ingeniería social para obtener información confidencial, como números de cuenta, contraseñas o códigos de autenticación.
Una vez que los estafadores obtienen acceso a la información sensible, manipulan a la víctima para realizar una transferencia de dinero utilizando servicios de pago móvil o transferencias inmediatas, como halcash. La víctima, engañada por la aparente legitimidad del mensaje recibido, termina accediendo a realizar la operación bajo la falsa creencia de que está interactuando con su banco o entidad financiera de confianza. Esto lleva a que los fondos sean transferidos directamente a las cuentas controladas por los delincuentes, quienes luego se esfuman sin dejar rastro.
Este tipo de fraude es especialmente preocupante debido a su efectividad y la dificultad para rastrear a los responsables.
La sofisticación y la constante evolución de las tácticas utilizadas por los estafadores hacen que sea fundamental que las instituciones financieras y los usuarios estén alerta y adopten medidas de seguridad. Y que junto a entidades como la AEECF trabajen en la concienciación sobre este tipo de estafas para proteger a los usuarios y sus activos financieros en un entorno digital con cada vez más amenazas de fraude.